El joven conductor, se encontraba dando un paseo por las calles de Gijón, cerca del Centro Comercial Los Fresnos, cuando de pronto, bajo los efectos del alcohol, perdió el control del automóvil.
Por suerte, dicho conductor se encontraba solo tras haber dejado a sus amigos en sus respectivas casas hacía unas horas, por la mañana.
El coche, después de numerosos intentos de retomar el camino, se estrelló contra el escaparate de una oficina que estaba, por suerte, vacía.
Los cristales de la oficina quedaron totalmente destrozados, al igual que algunos objetos que se encontraban en su interior, como ordenadores o mesas. El coche sin embargo, no es un siniestro total, pero sí se vio dañado en varias zonas.
A pesar de todo, no hubo transeúntes cerca del suceso, y por tanto nadie ajeno al accidente fue dañado. El conductor, por suerte, salió por su propio pie, y con daños leves gracias al airbag del que disponía el coche.
La policía fue avisada, y a su vez, una agencia de seguros que mantuvo una charla con el sujeto del accidente. El automóvil fue retirado pocas horas después. El día siguiente, sábado, el joven conductor fue entrevistado, el cual resultaba ser extranjero, y con la ayuda de un traductor, alegó:
"siento mucho lo sucedido el pasado viernes, y me comprometo a pagar todos los daños producidos en la oficina del incidente. Después de hablar con una agencia de seguros, he accedido a donar el vehículo, y exponerlo en el Centro Comercial Los Fresnos, para concienciar así a la gente que conduce, y para evitar futuros accidentes de tal magnitud."
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