domingo, 31 de enero de 2016

La privacidad en nuestras vidas.

   ¿Hasta qué punto nuestra privacidad es violada por los medios?. ¿Nuestras decisiones se ven influenciadas por aquello que vemos?. ¿Pueden nuestras vidas estar expuestas y vigiladas por cámaras?.


   Los avances tecnológicos han culminado en la actualidad, y no es extraño ver en las calles cámaras de seguridad. Estas cámaras, están instaladas con un propósito, y este propósito es la vigilancia del exterior, de las aceras y cruces.
   Además, en casi la totalidad de los establecimientos, podemos encontrar una de estas cámaras, ya no tan vistosa, sino pequeña, sutil, pero con la misma función.

 
   Estar expuestos a estas no es nada nuevo, pues ya es costumbre encontrarse con una, o unas cuantas cámaras en la calle o en lugares cerrados que desean estar protegidos; e incluso nos parecería extraño no toparnos con una de estas cámaras el cualquier lugar. Pero esto da lugar a una cuestión:
   ¿Nos hemos familiarizado tanto con esto, que llegamos a un punto en el que no nos damos cuenta de si nuestra privacidad está a salvo?


   En los tiempos que corren, todos tenemos un teléfono móvil, y no todos, pero sí muchos, disponemos de uno o incluso varios ordenadores en nuestras casas. Estos objetos, tan convencionales para nosotros, tan modernos y "seguros", ya han dado de qué hablar y alimentado rumores. ¿Alguien nos vigila?, ¿por qué?.




   Nos es difícil para alguien experimentado, e incluso para un simple aficionado, entrar en un ordenador ajeno, con el fin de obtener información, producir gastos, etc.
   Varias noticias, han salido a la luz sobre estas situaciones. Quizás al azar o a personas en concreto, pero al fin y al cabo, personas.
   El fenómeno se ha extendido e incluso a alertado a gran cantidad de personas. Se sabe que existen troyanos programados con el fin de entrar a un ordenador sin que ni siquiera nos demos cuenta.
   Un hacker, puede acceder con un troyano a un ordenador ajeno, y crear archivos, copiarlos, eliminarlos, moverlos e incluso instalar nuevos programas o sistemas operativos. Evidentemente, un troyano es un programa que no será instalado a sabiendas, y por tanto el hacker lo intentará vender como un producto descargable de algo que un usuario de internet desee. ¿Cuando descargamos algo de internet, solo descargamos lo que queremos?...
   Una vez instalado el troyano, el hacker puede hacer varias cosas en nuestro ordenador, y esto incluye controlar no sólo cámaras web, sino también micrófonos u otros periféricos.
   Varios casos han sido denunciados ya, y en ellos, el causante del problema poseía fotos, archivos, audio y vídeos de la "víctima", o había accedido a su cuenta bancaria. Infinidad de posibilidades. Esto nos hace preguntarnos:
   Algo tan próximo, y que algunos de nosotros utilizamos todos los días, ¿puede llegar a ser tan peligroso?.




   Edward Bernays, escribió en su libro Propaganda que "la propaganda es el brazo ejecutivo del gobierno invisible"

   La publicidad en muchos casos, no nos deja ver a simple vista algunos de sus trucos, y sin saberlo, el mensaje que se quería dar ha sido dado con éxito.
   ¿Puede ser que algunas campañas publicitarias quieran anunciar no sólo un producto, sino un estilo de vida, o algo más?...

   La publicidad subliminal es más corriente de lo que podemos percibir, y se define así:

   "La publicidad subliminal es todo aquel mensaje audiovisual (compuesto por imágenes y sonidos) que se emite por debajo del umbral de percepción consciente y que incita al consumo de un producto. También es aplicable a aquellos mensajes visuales que contienen información que no se puede observar a simple vista, como por ejemplo los anuncios de imagen fija en revistas ilustradas o en carteles."




   Personalmente, creo que todos de una manera u otra estamos vigilados, y que no podemos entenderlo o siquiera aceptarlo. Con todos los aparatos que manejamos a lo largo del día, no podemos estar seguros al 100%. Entenderlo, se nos escapa de las manos, pero tampoco podemos hacer nada para remediarlo, si es que fuera todo cierto, y estuviésemos vigilados. En mi opinión, quizás no sea una vigilancia 24 horas al día, todos los días del año, sino una vigilancia sutil. Por muy familiarizados que estemos con ordenadores, móviles, televisores, carteles con anuncios en medio de la carretera, etc... no podemos confiar en ellos en su totalidad. Hay que tener cuidado.

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